Lectura: 1 Corintios 15
Si, por un lado, los católicos convirtieron a San Francisco de Asís en un cartel de la vida relajada, los protestantes europeos, influidos por Rousseau, partieron hacia el Nuevo Mundo creyendo que el lugar del cristiano estaba en las granjas, lejos del bullicio de la ciudades. Ambos desarrollaron la idea de que el mundo material es intrínsecamente malo y que todo lo etéreo e intangible es bueno.
Debido a este engaño, todo lo que esté vestido de espiritualidad ahora es absorbido como bueno, y el cristianismo se ha convertido en sinónimo de espiritual, etéreo e intangible. Pero, ¿qué piensa Dios del mundo material? En el relato de la Creación en Génesis 1, la frase “...vio Dios que era bueno.” se repite cinco veces, siempre hablando de cosas materiales. Al final “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.” (Gn 1:31).
Entonces el problema no está en la materia, sino en el pecado que la corrompe. Si el mundo material fuera intrínsecamente malo, el Hijo de Dios nunca habría tomado forma humana. Sin embargo, 1 Timoteo 3:16 declara que "Dios fue manifestado en carne" . Después de resucitar, Jesús se encuentra nuevamente con los discípulos en su cuerpo material y deja claro que no se trata de la materialización de un espíritu desencarnado. Lucas describe este encuentro con estas palabras:
“Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y él lo tomó, y comió delante de ellos.” (Lucas 24:37-43)
El Evangelio de Juan añade que Jesús le dice a Tomás que coloque el dedo en la mano atravesada por el clavo y en el costado atravesado por la lanza del soldado. Las cicatrices eran reales y acompañarán a Jesús por toda la eternidad. Por eso en Apocalipsis 5:6 se le ve en el cielo como "un Cordero como inmolado" .
Fue con su cuerpo humano y material, aunque transformado, que Jesús ascendió al cielo ante los ojos de los discípulos. Si crees que permaneció en forma humana solo hasta que ascendió, volviendo a ser un espíritu en el cielo, necesitas leer Colosenses 2:9. Allí dice que en Cristo, resucitado y glorificado, "habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad " . El verbo “habitar” está en tiempo presente, y corporalmente significa en un cuerpo humano de carne y huesos en el cielo.
Pero para eso Jesús tuvo que morir, y es a los momentos que preceden a su muerte a los que regresaremos en los próximos 3 minutos.
