Lectura: 1 Corintios 15
Para comprender cómo la muerte y la resurrección de Jesús son esenciales para el cristianismo, lee el capítulo 15 de la 1ra. Carta a los Corintios. Allí el apóstol Pablo resume el evangelio de la siguiente manera: “...Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;” (1 Cor 15:3-4).
Primero, el evangelio o “buenas noticias” se ajusta a las Escrituras, en este caso lo que ahora llamamos el Antiguo Testamento que los judíos ya conocían. Segundo, la muerte y la resurrección de Jesús son inseparables. No hay manera de que puedas creer en uno sin creer en el otro.
Esto tiene dos implicaciones importantes: una es que no hay otra forma de deshacerte de tus pecados que no sea a través de la sangre de Cristo. Cualquier esfuerzo tuyo, como la caridad, el sufrimiento o la oración, no puede salvarte a menos que dudes de lo que dice la Biblia. ¿Y qué dice ella?
En 1 Timoteo 1:15 dice que “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores”, y lo dejó muy claro cuando dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida. nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Todos los caminos pueden llevar a Roma, pero sólo uno lleva al Padre: JESÚS . Él solo murió como sustituto del pecador; solo él tomó nuestros pecados sobre sí mismo, y solo él resucitó para nuestra justificación. ¿O crees que mintió al afirmar ser el único camino al Padre?
En Hechos 4:12 dice que “...en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” . En 1 Timoteo 2:5 dice que “...hay un solo Dios, y un solo mediador [intermediario] entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,”, por lo tanto ni María ni otros santos pueden servir de intermediarios entre tú y Dios.
Pero ten cuidado aquí: Cristo Jesús HOMBRE es el único mediador entre tú y Dios. No es un ser angelical o etéreo, sino un Jesús que ya está en el cielo, glorificado en su cuerpo humano de carne y huesos. La dificultad que tienen algunos para aceptar esto es porque fueron criados pensando que la materia es esencialmente mala. Pero esta idea fue tomada de la filosofía griega y también de las religiones orientales, y luego difundida por monjes y ermitaños.
Pero no había monjes entre los primeros cristianos. Esta práctica surgió trescientos años después y creó la falsa idea de que una persona santa, es decir, separada para Dios, debía vivir lejos de todo y de todos. Escribiendo desde Roma, Pablo termina su carta a los creyentes en Filipos con la frase: “Todos los santos os saludan, y especialmente los de la casa de César.” ( Filipenses 4:22).
¿César el Emperador tenía parientes cristianos viviendo en el palacio de Roma? Sí. ¿Dónde más estarían? ¿En una cueva en la cima de una montaña? En los próximos 3 minutos aprenderás que la idea de un cristianismo adverso al mundo material no es bíblica.