Lectura: Juan 12:23-26
Si entiendes lo que dice Jesús en el versículo 23 del capítulo 12 de Juan, verás que habla del fin del hombre en su condición terrenal. “Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.” (Juan 12:23-24).
Sigue mi razonamiento: los griegos o gentiles expresan su deseo de ver a Jesús, mientras que los judíos lo aclaman como Rey, antes de entregarlo a los romanos para que lo maten. Esa es una sociedad fundada en una triple cultura, como luego probarían los dichos de la cruz: la frase “ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS” (Lc 23:38) estaba escrita en caracteres griegos, romanos y hebreos.
Vivimos en una sociedad que ha heredado sus creencias religiosas del judaísmo, seas cristiano o musulmán. Al mismo tiempo, nuestra organización social, política, jurídica y militar es de esencia romana y nuestro pensamiento está impregnado de la filosofía griega. Y es a este griego, que llevamos dentro, que Jesús habla aquí.
En los tiempos del Nuevo Testamento, la filosofía griega abarcaba desde aquellos que querían disfrutar el aquí y ahora, hasta aquellos que creían en la inmortalidad del alma. Para algunos, dar su vida fue un desperdicio. Para otros, la resurrección no era más que una ficción. Cuando habla del grano de trigo que necesita morir para dar fruto, Jesús está hablando de su muerte y resurrección, locura para cualquier griego.
En Hechos 17 los atenienses están divididos sobre lo que dice Pablo en el Areópago. “Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. ” (Hechos 17:32). Algunos creyeron, pero tuvieron que abandonar su pensamiento filosófico, porque la resurrección no cabía en él.
Pablo muestra esto en 1 Corintios cuando dice que “...la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” (1 Cor 1:18). Dios destruiría la sabiduría de los sabios y la inteligencia de los inteligentes, enloqueciendo la sabiduría de este mundo, la misma sabiduría que vendían los griegos y compró la sociedad moderna.
El evangelio no tiene nada que ver con la sabiduría humana, sino con lo que es enseñado por el Espíritu de Dios y entendido por aquellos que tienen la mente de Cristo. La coarta final contra la sabiduría humana tiene lugar en 1 Corintios capítulo 15: “ Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. "...Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho." (1 Cor 15:13,20).
Al creer en Cristo obtienes el paquete completo que incluye muerte y resurrección. Ayer murió un Hombre en tu lugar para pagar por los pecados que cometiste. Hoy ese Hombre está en el cielo, en carne y huesos. Es de eso que hablaremos en los próximos 3 minutos.
