Lectura: Juan 10; Salmo 23
Vídeo: https://youtu.be/lXV5NNIF6WY
El Salmo 23 dice que "el Señor es mi pastor;
nada me faltará" (Salmo 23:1). Muchas personas saborean cada sílaba de
"nada me faltará", pero pasan por alto "el Señor es mi
pastor". Lo último que nuestra naturaleza caída en pecado desea es tener al
Señor como Pastor.
Naturalmente queremos ser pastores de nosotros
mismos, buscando lo que creemos que necesitamos. Sin embargo, es el Pastor
quien conoce las necesidades reales de sus ovejas, y es él quien debe decidir
qué pastos son verdes y qué aguas son tranquilas.
El Pastor no empuja a sus ovejas, sino que las guía
mansamente. Lo hace por caminos de justicia, no por caminos ilícitos o atajos
oscuros. La frase "por amor de su nombre" indica que es su reputación
la que está en juego. La seguridad de las ovejas no radica en el sustento que
el Pastor no deja faltar, sino en dejarse guiar por quien tiene una reputación
que cuidar.
La oveja tiene su cabeza ungida con aceite, figura
del Espíritu Santo, y su cáliz se desborda. La Biblia dice que el vino alegra
el corazón del hombre, por lo que una copa que se desborda habla de una alegría
mayor que la que podemos contener. La vara y el bastón del pastor son
instrumentos que sirven tanto para ahuyentar al lobo, como para disciplinar,
guiar y rescatar a las ovejas.
Observe que el alimento, el descanso, la dirección
y el refrigerio son cosas transitorias. Además, incluso si el Pastor prepara
una mesa para cada oveja como prueba de sustento y comunión, existen enemigos
alrededor. Es un escenario hostil, donde las ovejas viven con necesidades y
peligros, mientras son pastoreadas por este gran Pastor.
El mayor enemigo en este escenario es la muerte,
pero el que tiene al Señor como pastor no teme ningún mal al pasar por el
oscuro valle que lo saca de los pastos provisionales de esta vida. La oveja sale
de aquí con la certeza de que la bondad y la misericordia la seguirá y que
morará en la Casa del Señor para siempre.
Por lo tanto, tenemos un campo transitorio donde la
oveja es pastoreada, un valle oscuro con una muerte que ya no es temida y un
futuro brillante y eterno en la casa del Señor. Es la casa del Señor, y no es
la hierba de aquí, que la oveja debe anhelar. Pero, ¿Quién es la oveja?
Aunque el Salmo 23 se utiliza como amuleto en Biblias
de decoración, sus promesas sólo son válidas para aquellos que tienen al Señor
como pastor. Si no crees en el Salvador crucificado del Salmo 22 - si tus
pecados no estuvieron sobre él cuando fue abandonado por Dios en la cruz - el
Salmo 23 no es para ti.
En los próximos 3 minutos descubriremos el tamaño
de la herencia reservada para aquellos que tienen al Señor como Salvador y
Pastor.
Traducción: Rudnei Santos
Revisión : Lety Gonzales
Grabación: David Cristhian