Link de video: https://www.youtube.com/watch?v=rOeSXivTD5Q
Lectura en: Juan 10 y Salmos 22
En el capítulo 10 del Evangelio de Juan encontramos
a Jesús, el "buen pastor". La profecía que habla del
carácter del pastor está en el Salmo 22, donde se le ve morir por sus ovejas en
una cruz. Para entender mejor lo que voy a decir aquí, sugiero que lea el
Salmo 22 en su totalidad.
El salmo comienza con un grito desesperado: "¡Dios
mío! ¡Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? " (Salmo 22:1). ¿Quién
es este desamparado de Dios, descrito aquí como motivo para que la gente se
burle, sufriendo dolor y sed entre criminales, con las manos y los pies
traspasados y después de haber sorteado sus vestiduras? Compare este Salmo
con el relato de la crucifixión en los Evangelios y tendrá una visión más
amplia de Jesús siendo crucificado.
Mil años después de haber sido escrito el Salmo 22,
Jesús dio el mismo clamor de desesperación y abandono en la Cruz. Durante
3 horas, fue el blanco de toda la indignación de los hombres por el único
delito de ser perfecto. Por no soportar vivir con alguien sin pecado, los
hombres lo abandonaron allí.
Entonces, el que no conoció pecado fue hecho pecado
por nosotros, y el mundo fue envuelto en la oscuridad. Durante 3 horas
Jesús fue blanco de toda la indignación de Dios, para traer sobre su cuerpo
nuestros pecados. Después de abandonado por los hombres, ahora fue el
turno de Dios dejarlo allí, por no soportar relacionarse con alguien cargado
con pecados.
En el Salmo 22 la cruz nos recuerda que Israel
nunca ha sido abandonado por Dios. Esto también es válido para cualquier
ser humano. Dios no tiene ningún placer en la muerte del impío, pero
espera que él se convierta. Ningún ser humano, no importa lo malvado que
sea, es abandonado por Dios. Hasta su último suspiro Dios está a su lado
esperando a que se convierta de su pecado.
Prueba de ello es el bandido
arrepentido al lado de Jesús. Antes de morir escuchó palabras que le
garantizaba la entrada inmediata al Paraíso. Sin embargo, en esa misma
escena Jesús fue abandonado por Dios. El injusto ladrón sólo podía ser
recibido por Dios si el justo Jesús muriese abandonado. En el libro de Lamentaciones
de Jeremías Profeta expresa los sentimientos del Mesías con estas palabras:
«Yo soy el hombre que ha visto aflicción bajo el látigo
de su enojo me guió y me llevó en tinieblas, y no en luz; ciertamente contra mi
volvió y revolvió su mano todo el día… aun cuando clamé y di voces, cerró
los oídos a mi oración " (Lamentaciones 3:1-8)
Hoy sabemos que Jesús no permaneció muerto, sino
que resucitó. En el mismo Salmo 22 él llama a aquellos que han sido
salvados por él de "hermanos" y promete estar en el
medio de la congregación de sus "hermanos" alabando
a Dios juntamente con ellos. En los próximos 3 minutos encontraremos
el "gran Pastor" en el Salmo 23, ahora resucitado y
cuidando de sus ovejas.
Traducción: Rudnei Santos
Revisión: Claudia Villarrubia
Grabación: David Cristhian