Ahora Jesús le mostrará a la mujer samaritana "para qué" un alma se salva. Básicamente hay tres maneras de enfrentar la salvación: de hombre a hombre, de Dios al hombre y de Dios para Dios. La primera es creer que somos salvos por nuestros méritos y esfuerzos y para nuestro beneficio. Comienza en el hombre y termina en el hombre. Dios sirve apenas para dar suerte o para no dar mala suerte, si fuere debidamente agradado. La segunda es cuando realmente crees en Jesús, pero con el objetivo de tu felicidad. Crees que la salvación viene de Dios, por la fe solamente, más Dios existe para hacerle feliz, darle una vida próspera y libre de enfermedad. Todo comienza en Dios, pero termina en el hombre. Dios es visto como tu siervo y tiene la obligación de satisfacerte. El tercer enfoque es el correcto. La salvación viene únicamente de Dios, pero no es para nosotros mismos que somos salvos, sino para ser adoradores. Claro que somos beneficiados en todo esto, pero el objetivo de Dios y su hijo Jesús, en quien todas las cosas desembocan al final es eso. Por lo tanto, para la pregunta "¿para qué somos salvos?”, la respuesta es "para adorar a Dios". Los Samaritanos adoraban a quien no conocían, en el lugar equivocado y de manera equivocada. Jesús dice que los judíos adoraban lo que conocían y que la salvación viene de los judíos. Entienda que la salvación no son los judíos, sino que fue de una mujer judía que vino el Cristo, el Mesías, el enviado de Dios. Dios lo quiso así, así que no hay nada que discutir. Al revelarse a la samaritana cuando ella le pregunta sobre el Mesías, Jesús dice: "Yo soy, el que habla contigo" (Jn 4:26). "Yo soy" es el mismo término usado por Jehová para revelarse a Moisés. Y él le dice que Dios busca adoradores que le adoren en espíritu y en verdad. Hasta ese momento, adorar en verdad significaba adorar en el templo de Jerusalén y de la forma como Dios mandó y no en el Monte Guerizín como hacían los samaritanos. Pero, aunque adoraban en verdad, los judíos no adoraban en espíritu. Su adoración era de boca para afuera y su corazón estaba lejos de Dios. Ellos rechazaban al Mesías. Hoy en día todo salvo por la fe en Jesús tiene el Espíritu Santo y puede adorar a Dios en espíritu en cualquier momento y lugar, sin intermediarios. Sin embargo, en cuanto a la adoración colectiva, si ud estaría adorando en un templo y con rituales copiados del Antiguo Testamento, no está adorando en verdad. Si su adoración adicionó elementos culturales, como danza, teatro y shows, entonces ud inventó su forma de adorar, como hicieron los samaritanos. Adorar colectivamente en verdad es adorar donde estén dos o tres en el nombre de Jesús, reconociendo su señorío y como se encuentra en las cartas de los apóstoles, la única guía que tenemos, además del Espíritu Santo para la adoración pos judaísmo en espíritu y en verdad. El punto alto de esta adoración es la cena del Señor y no un show de celebridades. En los próximos 3 minutos veremos lo que caracteriza una verdadera conversión.
Este sitio no tiene fines de lucro, el autor Mario Persona es un consultor y orador empresarial que en su tiempo libre habla de Cristo sin pedir dinero. No está conectado a ninguna denominación u organización religiosa. Se congrega solo al nombre del Señor fuera del sistema denominacional.
Los textos y videos en este blog pueden usarse libremente como devocionales y también como modelos para preparar sermones, predicar el evangelio y estudios bíblicos.
Mario Persona es un orador y consultor de comunicación, marketing y desarrollo profesional www.mariopersona.com.br . No tiene formación ni título eclesiástico y no está vinculado a ninguna denominación religiosa, congregándose desde 1981 solo al Nombre del Señor Jesús. Este mensaje originalmente no contiene publicidad. Algunos sistemas para enviar correos electrónicos o RSS generalmente agregan mensajes publicitarios que pueden no expresar la opinión del autor.
Regístrate para recibir mensajes con nuevos videos!
Nunca compartiremos su correo electrónico con terceros.