Video:https://www.youtube.com/watch?v=CoUoY0zHXlU
La única opción
Lectura:Juan 3:17-36
Jesús dice a Nicodemo que "el que en él cree no es condenado, pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios" (Jn 3:18). Fíjate que no es una cuestión de elección entre ser salvo y ser condenado. Todos estamos condenados por naturaleza. La única opción que nos queda es creer en Jesús para escapar de esta condenación. Al afirmar que "Dios envió a su hijo al mundo no para condenar al mundo, sino para que el mundo fuese salvo por él" (Jn 3:17), Jesús muestra que Dios no nos abandonó. No solo hoy en día viene sometiendo hombres a diferentes pruebas para demostrar su incapacidad para salvarse a sí mismo. Por eso necesitamos un Salvador. Primero el ser humano reprobó la prueba de la inocencia, cuando aún vivía en el jardín del Edén. Tentados por Satanás, Adán y Eva se rebelaron contra la única petición que Dios les hizo, de no comer la fruta del árbol del conocimiento del bien y del mal. La siguiente prueba fue para ver cómo el ser humano se va con su recién adquirida conciencia y conocimiento del bien y del mal. Ese período comienza con Caín matando a su hermano y termina con el diluvio. Sólo ocho personas fueron salvadas para empezar de nuevo. La siguiente prueba fue darle al hombre la autoridad para gobernar sobre sus prójimos. Pero el mismo Noé, el primero en recibir esa autoridad, demuestra ser incapaz de gobernar incluso a sí mismo. En un acto de rebelión total contra Dios sus descendientes construyeron la torre de Babel. Dios interviene confundiendo las lenguas y dispersando a la raza humana. Dios intenta otra vez y llama a un hombre con quien hace una alianza y da promesas para convertirse en padre de una multitud. Su nombre es Abraham y sus descendientes descienden a la degradación. Y encontramos al final de este período como esclavos en Egipto. El libro de Génesis, que comienza hablando de la creación termina hablando de un ataúd. Dios libera al pueblo y le da una ley para poner a prueba su obediencia a los mandamientos. ¿Funcionó? No. Mientras que Moisés recibía las tablas de la ley el pueblo adoraba a un becerro de oro. Al final de este período "los hombres amaban las tinieblas más que la luz" (Jn 3:19). Es ahí donde Dios envía a su hijo al mundo y usted sabe lo que los hombres hicieron con él. La muerte y resurrección de Jesús inauguran otro período que ni siquiera sé si puedo llamar prueba, porque viene con la pronta respuesta: «el que cree en el hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él " (Jn 3:36). Es el período de la gracia de Dios, aún vigente. ¿Es mucho pedir, que sólo debes creer en Jesús? Recuerde: usted ya está condenado. Su única esperanza es creer en Jesús. Si ya has creído en los próximos 3 minutos Jesús nos enseña como predicar el Evangelio.
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