#176 FUERA DEL CAMPAMENTO
El capítulo 7 del Evangelio de Juan señala que estaba cerca la fiesta de
los Tabernáculos. A pesar de haber sido instituida por Dios en el Antiguo
Testamento, aquí se le llama la "fiesta de los judíos". ¿Por
qué de los judíos? Porque ahora ellos celebraban para sí mismos y con el
corazón completamente apartado de Dios.
Al final, Jesús procuraba mantenerse apartado de Judea porque los religiosos
judíos, los mismos que organizaban la fiesta, querían matarlo. Todo
corazón apartado de Dios quiere deshacerse de Jesús. Y hay más: no son
sólo los religiosos judíos que están lejos de los pensamientos de
Dios. Aquí los hermanos de Jesús no creían en él y ni estaban en el
verdadero espíritu de la fiesta instituida por Dios.
Durante la fiesta de los tabernáculos ellos debían vivir en carpas
durante siete días para recordar que un día fueron peregrinos viviendo en un
desierto. Este es también el espíritu en el que los cristianos deben vivir
en este mundo: peregrinos sin morada definitiva.
Los hermanos de Jesús insisten para que él vaya a Jerusalén y las
personas vean los milagros que es capaz de hacer y ser famoso. Al final
piensan sus hermanos, que quien quiere ser famoso, no se esconde más bien se
muestra se exhibe para el mundo. Pero Jesús explica que su tiempo aun no
llegó, esto es, ser visto y reconocido de un extremo a otro de la tierra como
acontecerá cuando él vuelva.
El pensamiento de los hermanos de Jesús es igual a la de cualquier ser
humano. Piensan que Jesús realiza milagros para llamar la atención a sí
mismo. A vísperas de la fiesta que debería representar el carácter peregrino
del pueblo de Dios en este mundo, se ocupan de fama y reconocimiento. Hoy,
mientras que algunos cristianos están preocupados por la fama y reconocimiento,
otros comparten de la vergüenza y el rechazo de Jesús y son criticados por sus
propios hermanos por no desear participar del gran circo en el que se convirtió
la cristiandad.
El capítulo 13 de Hebreos hace una clara distinción entre las costumbres
y celebraciones de los judíos y la iglesia, el pueblo peregrino de Dios en este
mundo en la actual dispensación. Ahí dice: "Salgamos, pues, a
él, fuera del campamento, llevando su vituperio; porque no tenemos aquí una
ciudad permanente, sino que buscamos la por venir, Así que, ofrezcamos siempre
a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que
confiesan su nombre. " (Heb. 13:13-15).
Cuando te das cuenta que la cristiandad creó un sistema muy similar al
campamento de los judíos, no hay ninguna opción sino salir de ese campamento
cristiano para compartir la vergüenza y el rechazo que Cristo tuvo y tiene en
este mundo. Si deseas ofrecer siempre a Dios sacrificio de alabanza como
el fruto de labios que confiesan el nombre Jesús y no otro, es lo
correcto: salir del campamento, pero salir a Jesús.
En los próximos 3 minutos vas a conocer el secreto para entender la
palabra de Dios.
Tick-Tock-tick-tock...