#177 EL SECRETO PARA ENTENDER LA BIBLIA
Juan 7:9-17
Después que los hermanos de Jesús parten hacia Jerusalén para la fiesta
de los tabernáculos Jesús también va hasta allá, pero escondido. En
Jerusalén, las personas sienten curiosidad por él. ¿Dónde estaría
él? Algunos dicen que es bueno, otros que es un engañador, pero el miedo
que la gente tiene de los líderes religiosos les impide hablar abiertamente de
Jesús.
Este miedo existe hasta hoy. Durante siglos los líderes religiosos
de Roma impidieron que las escrituras fuesen leídas por el pueblo. La
posesión y lectura de la Biblia estaban restringidas a los religiosos y durante
la Inquisición, miles de personas fueron quemadas vivas por leer o poseer
copias de la Biblia. Líderes religiosos tienen terror de perder el
control, y esto no ocurre sólo en el catolicismo, sino también en el
protestantismo.
Hoy en día hay muchos que creen que sólo eres capaz de entender las
escrituras y enseñarlas si pasas por la educación formal de un seminario o
facultad teológica. Y aunque algunos sostienen que todos deben tener acceso
a la palabra de Dios, la cristiandad continúa dividiendo a los cristianos entre
clérigo y laicos. En el capítulo 2 de Apocalipsis Jesús condena tal idea y
lo llama "nicolaítas", que en griego significa "conquistadores
del pueblo".
La misma pregunta es planteada aquí por los religiosos judíos cuando
Jesús va al templo y comienza a enseñar. Ellos preguntan: "¿cómo
sabe éste letras, sin haber estudiado?" (Jn 7:15). y Jesús
responde que su enseñanza no viene de sí mismo, sino de aquel que lo
envió. Recuerde que, a pesar de ser Dios, Jesús anduvo aquí en el carácter
de un hijo obediente que hacía o decía aquello que era conforme la voluntad de
su Padre. Y esto es precisamente el secreto para conocer los pensamientos
de Dios en su palabra, las escrituras.
Jesús dice: "El que quiere hacer la voluntad de Dios,
conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta" (Jn
7:17). ¿Cómo aquellos religiosos judíos podrían saber si lo que decía
Jesús era realmente de Dios? La condición para eso era querer hacer la
voluntad de Dios. ¿Cómo entender hoy la palabra de Dios y saber si ese
entendimiento viene de Dios o los hombres? La condición sigue siendo la
misma: desear hacer la voluntad de Dios.
La razón de esto es simple: Dios no pierde el tiempo revelando sus
perlas delante de los puercos que no tienen ningún otro interés sino
pisarlas. La palabra de Dios no está sujeta a la curiosidad humana, y las
verdades más preciosas pueden acabar transformadas en cosas abominables cuando
se mezcla con el ansia que el ser humano tiene de ejercer poder sobre sus
semejantes.
En los próximos 3 minutos Jesús nos enseña a identificar a los falsos
maestros.
Tick-Tock-tick-tock...