Si Jesús utiliza el agua para simbolizar la acción
de la palabra de Dios en el nuevo nacimiento, ahora él utiliza el viento como figura
de aquel que es nacido del Espíritu Santo. Recuerde que él está hablando
de un nuevo nacimiento espiritual, engendrado de arriba para abajo, de Dios
para el hombre y no un renacimiento de la antigua vida natural que traemos en
nosotros, ni tampoco del viejo cuerpo de carne. "el que es nacido
de la carne, carne es, pero el que es nacido del espíritu, espíritu es " (Jn
3:6), por eso ni siquiera pienses de eso como una supuesta reencarnación.
El nuevo nacimiento es un acto soberano de Dios, no una decisión del
hombre, y sin él es imposible para un hombre creer en Jesús. En Efesios
Pablo explica que el hombre está espiritualmente muerto en sus delitos y
pecados. Pon una tonelada de piedras sobre un muerto y no pasará
nada. él no sentirá el peso y tampoco será capaz de moverlo o tener deseos
de hacerlo. él está muerto.
Mira al ser humano como muerto espiritualmente y vas a entender por qué
él no siente la tonelada de pecados que pesa sobre si, y no tiene ningún deseo
de acercarse a Dios. No hay ninguna manera de hacerlo tampoco. Se
necesita la intervención divina que inyecte vida a ese hombre muerto para que él
pueda sentir el peso de sus pecados, y clamar a Dios por la
liberación. ¿Cómo sucede eso? Nadie lo sabe, nadie lo vio.
"El viento sopla de donde quiere. Y oyes su sonido, más ni
sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo aquel que es nacido del Espíritu
Santo "(Jn 3:8). Esto es lo más
lejos que podemos llegar para entender el nuevo nacimiento. Su acción es
invisible como el viento, pero podemos ver los resultados que yo nací otra
vez. El cambio es real. Sin embargo, Nicodemo, sigue pensando que Jesús
está hablando de un evento físico, que puede ser analizado por la lógica
racional de una mente natural. No se puede.
Él sigue sin entender, y gana, por así decirlo un jalón de orejas: "¿Eres
tú maestro de Israel y no sabes esto?" (Jn 3:10). La
respuesta simple es "no", porque Nicodemo todavía tiene
que nacer de nuevo. Incluso cree que el Mesías debe venir y establecer su
reino, pero no sabe cómo pasará eso, o cómo un alma se transforma para poder
participar de ese reino. Jesús deja de lado el Reino y las cosas
terrenales y ahora habla de cosas celestiales. Pero, ¿quién tendría
autoridad para hablar de cosas celestiales?
Sólo alguien que vino del cielo, que tenga libre tránsito entre el cielo
y la tierra; y que no fuese llevado para el cielo, sino que tenga el poder
de subir cuando lo desee; alguien preexistente, que no sólo naciese aquí, sino
que descendió para nacer aquí... en fin, alguien que era Dios omnipresente, para
estar en el cielo al mismo tiempo delante de Nicodemo. Porque «nadie
subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el hijo del hombre que está en
los cielos» (Jn 3:13). En los próximos 3 minutos aprenderemos el
significado de la serpiente de bronce, cuya historia Nicodemo ya conoce del
Antiguo Testamento.
Autor: Mario Persona
Traducción y Narración: David Cristhian
Este sitio no tiene fines de lucro, el autor Mario Persona es un consultor y orador empresarial que en su tiempo libre habla de Cristo sin pedir dinero. No está conectado a ninguna denominación u organización religiosa. Se congrega solo al nombre del Señor fuera del sistema denominacional.
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Mario Persona es un orador y consultor de comunicación, marketing y desarrollo profesional www.mariopersona.com.br . No tiene formación ni título eclesiástico y no está vinculado a ninguna denominación religiosa, congregándose desde 1981 solo al Nombre del Señor Jesús. Este mensaje originalmente no contiene publicidad. Algunos sistemas para enviar correos electrónicos o RSS generalmente agregan mensajes publicitarios que pueden no expresar la opinión del autor.
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