Video: https://youtu.be/LT65VgcDvUw
Lectura: San Juan 1:14-16
Incluso antes de nacer en forma humana en este
mundo, Jesús siempre ha existido como el hijo de Dios, junto con el padre y el
Espíritu Santo. No son 3 dioses sino solo un Dios en tres Personas
distintas, un misterio más allá de nuestra comprensión. Algunas pistas te
ayudarán a aceptar eso.
Una es que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, por lo que somos
seres conformados por cuerpo, alma y espíritu. Otra pista está en Génesis
capítulo 1: "entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza" (Génesis 1:26). ¿Te
diste cuenta del plural allí? "Hagamos... a nuestra..." no
se trata sólo de una persona hablando, sino el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo.
Juan nos dice que "el Verbo se hizo carne y habitó entre
nosotros y vimos su gloria como la gloria del Unigénito del Padre, lleno de
gracia y verdad" (Jn. 1:14). al decir que se hizo carne
asume su preexistencia. Al decir que habitó entre nosotros, revela que no
fue diferente de un hombre común. De hecho, Jesús era tan común en su
aspecto aquí que cuando los guardias fueron arrestarlo por la noche tuvieron
que acordar que el beso de Judas sería la señal para no detener a la persona
equivocada.
La palabra "habitó" significa literalmente
ocupar una carpa o una vivienda, en cuerpo de carne. Nunca antes Dios
había asumido la forma humana y vivido como un hombre. Los 33 años que
Jesús vivió en este mundo es un evento único en la historia del universo, a
partir de su fecundación en el vientre de una virgen.
Unigénito significa "único engendrado". Todos
los que creen en Jesús son hijos de Dios, pero Jesús es "el" hijo
de Dios, ocupa una posición única, igual a Dios y uno con el Padre. En
ningún momento dejó de ser Dios para tomar forma humana. Y luego resucitar
y subir al cielo en forma corporal, él nunca dejará de ser también
hombre. Obviamente algunas características divinas quedaron parcialmente
ocultas para el ojo humano mientras que él estuvo aquí, de lo contrario
consumiría a los hombres si solamente mirasen para Jesús.
De todos modos, su gloria divina no dejó de brillar a través de su
perfección moral. En el mismo texto bíblico donde encontramos defectos en
los discípulos y apóstoles, ninguna falla se ve en Jesús y en su
procedimiento. Juan ha tenido el privilegio de ver una porción extra de su
gloria cuando Jesús se transfiguró y apareció en resplandor junto a Moisés y
Elías.
Juan el Bautista, quien era mayor que Jesús, da testimonio de su
preexistencia al decir que Jesús existió antes de él y fue superior a
él. Ahora, todo aquel que recibe a Jesús recibe también toda su plenitud y
gracia sobre gracia. ¿Usted quiere perder eso? En los próximos 3
minutos el Evangelio continúa hablando de gracia y de verdad que usted solo
encuentra en Jesús.
Autor: Mario Persona
Traducción y Narración: David Cristhian
